El tubo digestivo es un tubo único y continuo que incluye la cavidad bucal, la faringe, el esófago, el estómago, el intestino delgado y el intestino grueso. Después de que los alimentos son masticados, convertidos en un bolo y deglutidos, la acción de la epiglotis direcciona el bolo para que ingrese en el esófago. Desde allí, las ondas peristálticas impulsan los productos alimenticios ingeridos a través del tubo digestivo.
Los sistemas respiratorio y digestivo comparten estructuras en la parte posterior de la cavidad bucal que se conectan tanto con la tráquea (del sistema respiratorio) como con el esófago (del sistema digestivo). ¿Qué impide que los alimentos deglutidos bajen por el conducto equivocado? En cada deglución, una estructura denominada epiglotis cierra y tapa las estructuras respiratorias. El bolo deglutido mantiene su curso y es dirigido hacia el esófago. Una onda peristáltica puede ser suficiente para hacer desplazar un bolo al esófago y de allí al estómago.
Las paredes del tubo digestivo incluyen capas de músculo liso controlado por el sistema nervioso autónomo. La contracción y relajación alternadas de estos músculos se denomina peristalsis. Las ondas peristálticas empujan el bolo deglutido para que descienda por el esófago. En el estómago, la peristalsis mezcla los alimentos deglutidos con los jugos gástricos. Estas acciones mecánicas y químicas reducen aún más los alimentos a una sustancia denominada quimo. Se requiere alrededor de un minuto para masticar un trozo de alimento y convertirlo en un bolo y unos pocos segundos para deglutirlo. Una vez en el estómago, los productos alimenticios tardan unas pocas horas en convertirse en quimo.
La mayor parte de la absorción de nutrientes de los alimentos que comemos tiene lugar en el intestino delgado. Cuando el quimo pasa del estómago al intestino delgado, las ondas peristálticas lo movilizan hacia adelante y hacia atrás y lo mezclan con enzimas y fluidos digestivos. Los nutrientes del quimo son absorbidos al torrente sanguíneo a través de las paredes intestinales. Las ondas peristálticas del intestino delgado son más pequeñas y más regulares, y empujan el quimo durante 3 a 6 horas antes de pasarlo al intestino grueso, donde se produce la absorción final. Las ondas peristálticas ayudan a compactar y desplazar los desechos y los productos alimenticios no digeribles a través del intestino grueso para su eliminación.
Los microbios y usted de The Science Creative Quarterly.
Imagen cadavérica del esófago de la Facultad de Medicina de Stonybrook University. The Body Online.
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