La orina producida en los riñones recorre los uréteres hasta llegar a la vejiga urinaria. La vejiga se expande como un saco elástico para que entre más orina. A medida que se llena, comienza el proceso de micción, o de orinar. Movimientos involuntarios de los músculos envían señales al sistema nervioso y ponen la decisión de orinar bajo control consciente.
El esfínter uretral interno y el esfínter uretral externo brindan control muscular del flujo de orina. El esfínter interno es involuntario. Rodea la abertura de la vejiga a la uretra y se relaja para permitir el paso de la orina. El esfínter externo es voluntario. Rodea la uretra fuera de la vejiga y debe relajarse para poder orinar.
La vejiga tiene forma de pirámide cuando está vacía. Se vuelve más ovalada cuando se llena de orina y se expande. Un músculo liso llamado detrusor rodea la vejiga, y unas estructuras rugosas denominadas pliegues recubren la pared interna. Esas estructuras otorgan elasticidad a la vejiga y le permiten expandirse. El piso de la vejiga tiene una región en forma de embudo llamada trígono, formada por los dos orificios ureterales y el esfínter uretral interno. La orina ingresa a la vejiga por los orificios ureterales y sale por el esfínter interno.
La micción es el acto de vaciar la vejiga (orinar). Cuando la vejiga está llena de orina, los receptores de estiramiento de la pared de la vejiga desencadenan el reflejo de la micción. El músculo detrusor que rodea la vejiga se contrae. El esfínter uretral interno se relaja y permite que la orina salga de la vejiga y pase a la uretra. Esas dos reacciones son involuntarias. El esfínter uretral externo es voluntario. Debe relajarse para que la orina pase por la uretra y salga del cuerpo.
La vejiga se expande a medida que la orina llega de los uréteres, pero el volumen que puede contener tiene un límite. Con aproximadamente 200 ml de orina, el músculo detrusor empieza a contraerse y el músculo del esfínter uretral interno empieza a relajarse. Esto envía una señal al sistema nervioso y crea la 'necesidad imperiosa' de orinar. Si se ignora esa necesidad, la continencia puede estar amenazada. Con unos 500 ml, las contracciones del músculo detrusor empiezan a forzar la apertura del esfínter uretral interno. A menos que el esfínter uretral externo sea suficientemente fuerte para impedirlo, la micción (el acto de orinar) ocurrirá involuntariamente.
El estiramiento del músculo liso inicia el reflejo de la micción al activar receptores de estiramiento en la pared de la vejiga. Ese reflejo autónomo hace que el músculo detrusor se contraiga y que el músculo del esfínter uretral interno se relaje, lo cual permite que la orina pase a la uretra. Los receptores de estiramiento también envían un mensaje al tálamo y la corteza cerebral, lo cual permite el control voluntario del esfínter uretral externo. Por lo general, empezamos a controlar la micción entre los 2 y los 3 años, cuando el cerebro se desarrolla.
Descripción de la vejiga urinaria de la edición de 1918 de la Anatomía del Cuerpo Humano (Anatomy of the Human Body) de Gray.
Uso de la ecografía de vejiga para detectar retención urinaria en los pacientes de Nursing Times.
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