De qué está hecho el sistema esquelético? ¿Qué hace el sistema esquelético? En el nivel más simple, el esqueleto es el marco que brinda estructura al resto del cuerpo y facilita los movimientos.
Continúe leyendo para conocer 10 datos clave sobre el esqueleto humano.
El esqueleto humano tiene una serie de funciones, tales como la protección y soportar el peso. Diferentes tipos de huesos tienen formas diferentes en relación con su función particular.
Entonces, ¿cuáles son los diferentes tipos de huesos? ¿Cómo se clasifican?
Hay cinco tipos de huesos en el esqueleto: planos, largos, cortos, irregulares y sesamoideos.
Analicemos cada tipo y veamos ejemplos.
Los huesos del esqueleto humano se dividen en dos grupos. El esqueleto apendicular incluye todos los huesos que forman los miembros superiores e inferiores, y las cinturas escapular y pelviana. El esqueleto axial incluye todos los huesos del eje largo del cuerpo. Analicemos este eje para conocer estas estructuras y los huesos que las forman.
Los huesos del esqueleto humano se dividen en dos grupos. El esqueleto axial incluye todos los huesos (que forman las estructuras óseas) a lo largo del eje largo del cuerpo. Los huesos del esqueleto apendicular forman el resto del esqueleto, y se los llama así porque son apéndices del esqueleto axial. El esqueleto apendicular incluye los huesos de la cintura escapular, los miembros superiores, la cintura pelviana y los miembros inferiores.
Las articulaciones mantienen unido el esqueleto y les brindan soporte a los movimientos. Hay dos formas de clasificar las articulaciones. La primera es según la función de la articulación, lo que también se conoce como rango de movimiento. La segunda forma de clasificar las articulaciones es según el material que une los huesos de las articulaciones; es decir, una organización de las articulaciones según la estructura.
Las articulaciones del esqueleto humano se pueden agrupar según la función (rango de movimiento) y la estructura (material). Estas son algunas articulaciones y su clasificación.
En el nivel más simple, los músculos nos permiten movernos. El músculo liso y el músculo cardíaco se mueven para facilitar las funciones del cuerpo, como los latidos cardíacos y la digestión. El movimiento de estos músculos está dirigido por la parte autonómica del sistema nervioso, que son los nervios que controlan órganos. Los músculos esqueléticos mueven nuestro cuerpo en el espacio. Reciben instrucciones directas de los nervios específicos que inervan cada músculo. ¿Desea aprender más sobre los músculos del cuerpo humano? Estos son otros cinco datos para tener presentes.
Alrededor de la mitad de su peso corporal está dado por los músculos. El tejido muscular se categoriza en tres tipos diferentes: esquelético, cardíaco y liso. Cada tipo de tejido muscular en el cuerpo humano tiene una estructura única y una función específica. El músculo esquelético mueve los huesos y otras estructuras. El músculo cardíaco contrae el corazón para bombear sangre. El tejido muscular liso que forma órganos como el estómago y la vejiga cambia de forma para facilitar las funciones corporales. Estos son algunos detalles más sobre la estructura y función de cada tipo de tejido muscular en el cuerpo humano.
En el cuerpo humano hay más de 600 músculos. Aprender el sistema muscular con frecuencia incluye memorizar detalles sobre cada músculo, como dónde se inserta un músculo en los huesos y cómo el músculo ayuda a mover una articulación. En los libros de texto y en las conferencias, estos detalles sobre los músculos se describen utilizando vocabulario especializado que es difícil de entender. Este es un ejemplo: El tríceps braquial tiene tres ramas con inserciones de origen variables (escápula y húmero) y una inserción terminal (cúbito). Es uno de los músculos principales que provocan la extensión del codo. El ancóneo actúa como músculo sinérgico en la extensión del codo.
¿Cómo se mueven los huesos del esqueleto humano? Los músculos esqueléticos se contraen y relajan para mover mecánicamente el cuerpo. Mensajes provenientes del sistema nervioso provocan estas contracciones musculares. El proceso completo se denomina mecanismo de contracción muscular y se puede resumir en tres pasos:
Los músculos nos permiten movernos, pero a veces el desgaste que produce mover nuestros cuerpos puede conducir a trastornos del sistema muscular. A continuación se presentan algunas de las patologías musculares más comunes.
El túnel carpiano es el conducto en la muñeca donde el nervio mediano y los tendones flexores pasan a través de un estrecho orificio. El síndrome del túnel carpiano, también llamado compresión del nervio mediano, se produce cuando los tendones se inflaman, causando la compresión del nervio mediano. Los síntomas incluyen dolor, entumecimiento y eventual debilidad en la mano. El síndrome del túnel carpiano puede ocurrir por una variedad de razones, incluyendo predisposición hereditaria, movimientos repetitivos, diabetes o trastornos de la tiroides.
El corazón bombea sangre a través de una gran red de arterias y venas. La sangre es un fluido con células vivas. Transporta oxígeno y otras sustancias esenciales por el cuerpo, combate enfermedades y lleva a cabo otras funciones vitales. A continuación encontrará 8 datos importantes sobre la sangre.
El corazón es un órgano muscular hueco que bombea sangre oxigenada a todo el cuerpo y sangre desoxigenada a los pulmones. Está compuesto por cuatro cámaras. Una cámara del lado derecho recibe sangre con desechos (del cuerpo) y otra cámara la bombea hacia los pulmones, donde los desechos son exhalados. Una cámara del lado izquierdo recibe sangre rica en oxígeno de los pulmones y otra bombea esa sangre rica en nutrientes al cuerpo. Dos válvulas controlan el flujo de sangre dentro de las cámaras del corazón y dos válvulas controlan el flujo de sangre que sale del corazón.
La sangre que fluye por el sistema circulatorio transporta nutrientes, oxígeno y agua a las células de todo el cuerpo. El recorrido podría comenzar y terminar en el corazón, pero los vasos sanguíneos llegan a todas las partes vitales en su trayecto. Estas arterias, venas y capilares forman una gran red de conductos. Si tuviéramos que desplegar los vasos sanguíneos del cuerpo en una línea, la misma se extendería casi 100.000 km. ¡Eso es suficiente para dar la vuelta a la Tierra casi tres veces!
La sangre siempre debe circular para mantener la vida. Transporta oxígeno del aire que respiramos a las células en todo el cuerpo. El bombeo del corazón mantiene en movimiento este flujo sanguíneo a través de las arterias, los capilares y las venas. Un grupo de vasos sanguíneos hace circular la sangre a través de los pulmones para el intercambio gaseoso. Los otros vasos alimentan el resto del cuerpo.
El sistema circulatorio, también denominado sistema cardiovascular, incluye el corazón y la red de vasos sanguíneos que hacen circular la sangre por el cuerpo. Varias enfermedades y trastornos pueden afectar este sistema. A continuación encontrará algunas de las patologías más frecuentes.
Mediante la respiración, inhalación y exhalación, el sistema respiratorio facilita el intercambio de gases entre el aire y la sangre y entre la sangre y las células del cuerpo. El sistema respiratorio también nos ayuda a percibir el olor y crear sonidos. Las siguientes son las cinco funciones clave del sistema respiratorio.
El sistema respiratorio superior, o tracto respiratorio superior, consiste en la nariz y la cavidad nasal, la faringe y la laringe. Estas estructuras nos permiten respirar y hablar. Calientan y limpian el aire que inhalamos: las membranas mucosas que revisten las estructuras respiratorias superiores atrapan algunas partículas extrañas, que incluyen humo y otras sustancias contaminantes, antes de que descienda a los pulmones.
El sistema respiratorio inferior, o tracto respiratorio inferior, consiste en la tráquea, los bronquios y bronquíolos, y los alvéolos, que forman los pulmones. Estas estructuras hacen ingresar aire del sistema respiratorio superior, absorben el oxígeno y, en el intercambio, liberan dióxido de carbono. Otras estructuras, es decir la caja torácica (o parrilla costal) y el diafragma, protegen y brindan soporte a estas funciones.
Hay dos tipos de enfermedades y trastornos respiratorios: infecciosos y crónicos. Las infecciones pulmonares son generalmente bacterianas o virales. En el tipo viral, un agente patógeno se replica dentro de una célula y provoca una enfermedad, como la gripe. Las enfermedades crónicas, como el asma, son persistentes y de larga evolución. Pueden ocurrir recaídas y el paciente puede presentar una remisión, para volver a presentar síntomas más adelante.
El sistema digestivo es una especie de planta de procesamiento dentro del cuerpo. Permite el ingreso de los alimentos y los transporta por órganos y estructuras donde se produce el procesamiento. La energía y los nutrientes que necesitamos son extraídos y el sistema digestivo desecha el resto.
La cavidad bucal está limitada por los dientes, la lengua, el paladar duro y el paladar blando. Estas estructuras forman la boca y cumplen un papel clave en el primer paso de la digestión: ingestión. Es aquí donde los dientes y la lengua trabajan en conjunto con las glándulas salivares para reducir los alimentos a pequeñas masas que pueden ser deglutidas, preparándolas para su recorrido a través del tubo digestivo.
El tubo digestivo es un tubo único y continuo que incluye la cavidad bucal, la faringe, el esófago, el estómago, el intestino delgado y el intestino grueso. Después de que los alimentos son masticados, convertidos en un bolo y deglutidos, la acción de la epiglotis direcciona el bolo para que ingrese en el esófago. Desde allí, las ondas peristálticas impulsan los productos alimenticios ingeridos a través del tubo digestivo.
Los alimentos que son masticados en la cavidad bucal y luego deglutidos, terminan en el estómago, donde son digeridos aún más de manera que sus nutrientes puedan ser absorbidos por el intestino delgado. Las glándulas salivares, el hígado y la vesícula biliar, y el páncreas ayudan en el proceso de la ingestión, la digestión y la absorción. Estos órganos accesorios de la digestión cumplen funciones clave en el proceso digestivo. Cada uno de estos órganos secreta o almacena sustancias que pasan a través de conductos hacia el tubo digestivo.
Los alimentos ingeridos son masticados, deglutidos y transportados a través del esófago hacia el estómago, donde se descomponen en un líquido denominado quimo. El quimo pasa del estómago al duodeno. Allí se mezcla con bilis y jugos pancreáticos que degradan aún más los nutrientes. La pared interior del intestino delgado está tapizada por proyecciones similares a dedos, llamadas vellosidades, que absorben la mayor parte de los nutrientes. El quimo y el agua restantes pasan al intestino grueso, que completa la absorción y elimina los desechos.
Las enfermedades y los trastornos del sistema digestivo pueden incluir infecciones o daño a órganos y otros tejidos y estructuras. También pueden afectar acciones del sistema digestivo, tales como sellar el esófago para evitar el paso de ácidos gástricos o el libre flujo de los fluidos por los conductos biliares. Los síntomas pueden surgir durante la digestión o pueden ser crónicos.
El sistema linfático incluye una red de vasos, conductos y ganglios, así como órganos y tejido disperso que brindan apoyo al sistema circulatorio. Estas estructuras ayudan a filtrar las sustancias nocivas del torrente sanguíneo. Los órganos del sistema linfático, como el bazo, el timo y las amígdalas, albergan células especializadas que destruyen los agentes patógenos nocivos.
La inmunidad es el sistema de defensa del cuerpo contra las infecciones y las enfermedades. Los glóbulos blancos cumplen una función clave. Algunos atacan rápidamente cualquier microbio perjudicial que invade el cuerpo. Otros glóbulos blancos se especializan y se adaptan para combatir agentes patógenos particulares. Todos ellos trabajan para mantener el cuerpo lo más sano posible.
Los riñones, uréteres, vejiga y uretra son las principales estructuras del sistema urinario. Filtran la sangre y eliminan residuos del cuerpo en forma de orina. El tamaño y la posición de las estructuras urinarias inferiores varían en la anatomía masculina y femenina.
Los riñones se encuentran en la parte posterior de la pared abdominal y en el inicio del sistema urinario. Estos órganos trabajan constantemente: Las nefronas, estructuras diminutas en las pirámides renales, filtran galones de sangre cada día. Los riñones reabsorben sustancias vitales, eliminan las no deseadas y devuelven la sangre filtrada al cuerpo. Como si no tuvieran suficiente trabajo, los riñones también producen la orina para eliminar todos los residuos.
Los riñones filtran sustancias no deseadas de la sangre y producen orina para excretarlas. Hay tres pasos principales en la formación de orina: filtración glomerular, reabsorción y secreción. Esos procesos garantizan que solo los residuos y el exceso de agua se eliminen del cuerpo.
La orina producida en los riñones recorre los uréteres hasta llegar a la vejiga urinaria. La vejiga se expande como un saco elástico para que entre más orina. A medida que se llena, comienza el proceso de micción, o de orinar. Movimientos involuntarios de los músculos envían señales al sistema nervioso y ponen la decisión de orinar bajo control consciente.
Las enfermedades renales o vesicales pueden comprometer las funciones del sistema urinario. Estas son algunas enfermedades comunes del sistema urinario.
Los riñones producen orina para eliminar residuos. Los cálculos renales pueden formarse cuando ácidos y sales minerales de la orina se cristalizan y se aglomeran entre sí. Si el cálculo es pequeño, puede pasar fácilmente por el sistema urinario y salir del cuerpo. Sin embargo, un cálculo más grande puede quedar atascado en las vías urinarias. Un cálculo renal atascado provoca dolor y puede obstruir el flujo de la orina.
El sistema reproductor femenino incluye genitales externos e internos. La vulva y sus estructuras forman los genitales externos. Los genitales internos incluyen un sistema de conductos compuesto por tres partes: las trompas uterinas, el útero y la vagina. El sistema de conductos conecta a los órganos reproductores primarios con los ovarios. Los ovarios producen óvulos y los liberan para lograr la fertilización. Los óvulos fertilizados se desarrollan dentro del útero.
Los testículos son los órganos reproductivos primarios y generan espermatozoides a través de un proceso denominado espermatogénesis. Las glándulas del sistema reproductor masculino producen espermatozoides y líquido seminal. La glándula prostática, las vesículas seminales y las glándulas bulbouretrales le proporcionan líquido seminal al semen, el cual transporta y protege los espermatozoides. Durante la relación sexual, el semen se desplaza a través de una serie de conductos para depositar el semen directamente dentro del sistema reproductor femenino.
En el proceso reproductivo, un espermatozoide masculino y un óvulo femenino proporcionan la información requerida para producir otro ser humano. La concepción ocurre cuando estas células se unen cuando el óvulo es fertilizado. El embarazo comienza cuando el óvulo fertilizado se implanta en el útero. El embrión crece y se rodea de estructuras que le brindan soporte y nutrición. Ojos, extremidades y órganos aparecen a medida que el embrión se desarrolla y se transforma en un feto. El feto crece dentro del útero hasta que finaliza el embarazo con el trabajo de parto y el nacimiento. Para ese momento, todos los sistemas del cuerpo están en su lugar, incluido el sistema reproductor que algún día puede ayudar a producir otro ser humano.
El sistema nervioso es el sistema más complejo y altamente organizado del cuerpo. Recibe información de los órganos sensoriales a través de nervios, transmite la información a través de la médula espinal y la procesa en el encéfalo. El sistema nervioso dirige las reacciones de nuestro cuerpo hacia el mundo, y controla también la mayoría de nuestras funciones internas, todo desde el movimiento muscular y la dilatación de los vasos sanguíneos hasta el aprendizaje de los datos anatómicos y fisiológicos. ¿Cómo maneja todo esto? Mediante el envío de señales sumamente rápidas, eléctricas y químicas, entre las células.
Los mecanismos más complejos del sistema nervioso dependen de mensajes enviados a través de neuronas. Las neuronas, junto con la neuroglía que son las células de sostén, componen la totalidad del tejido del sistema nervioso. Reciben y transmiten mensajes rápidamente, conduciéndolos como señales eléctricas. Las neuronas liberan neurotransmisores, sustancias químicas que llevan el mensaje hasta la siguiente neurona o célula del cuerpo. Neuronas especializadas en la médula espinal forman tractos neurales que llevan aceleradamente mensajes hasta el encéfalo y desde el encéfalo. Continúe leyendo para aprender más sobre estas células “que conducen corriente”.
El cerebro dirige las funciones internas de nuestro cuerpo. También integra los impulsos sensoriales y la información para dar lugar a las percepciones, pensamientos y recuerdos. El encéfalo nos permite tener conciencia de uno mismo y la capacidad de hablar y movernos en el mundo. Sus cuatro regiones principales lo hacen posible: El cerebro, con su corteza cerebral, nos permite controlar conscientemente nuestras acciones. El diencéfalo interviene en las sensaciones, controla las emociones y dirige todos los sistemas internos. El cerebelo regula los movimientos de cuerpo, coordina el habla y el equilibrio, al tiempo que el tronco del encéfalo transmite señales de la médula espinal y dirige las funciones y reflejos internos básicos.
El sistema nervioso debe recibir y procesar información sobre el mundo exterior a fin de reaccionar, comunicarse y mantener el cuerpo sano y seguro. Mucha de esta información proviene de los órganos sensoriales: los ojos, los oídos, la nariz, la lengua y la piel. Células y tejidos especializados en estos órganos reciben los estímulos sin procesar y los traduce en señales que el sistema nervioso puede utilizar. Los nervios transmiten las señales al encéfalo, que las interpreta como imágenes (visión), sonidos (audición), olores (olfato), gustos (gusto) y percepciones táctiles (tacto).
Las glándulas del sistema endocrino secretan hormonas al torrente sanguíneo para mantener la homeostasis y regular el metabolismo. El hipotálamo y la glándula pituitaria son los centros de comando y control, y dirigen hormonas a otras glándulas y a todo el cuerpo. Otras glándulas endocrinas primarias, incluidas las glándulas tiroides y paratiroides, las glándulas suprarrenales y la glándula pineal, ajustan los niveles de diversas sustancias en la sangre y regulan el metabolismo, el crecimiento, el ciclo del sueño y otros procesos. Órganos como el páncreas también secretan hormonas como parte del sistema endocrino. Los órganos endocrinos secundarios incluyen las gónadas, los riñones y el timo.
Las hormonas regulan las funciones internas del metabolismo y el crecimiento para lograr el desarrollo sexual e inducir el nacimiento. Circulan por el torrente sanguíneo, se unen a células objetivo y regulan la función de todos los tejidos y órganos. Todo comienza en el hipotálamo y la glándula pituitaria, los maestros del sistema endocrino. Las hormonas que liberan controlan las secreciones de las otras glándulas endocrinas y la mayor parte de las funciones endocrinas. En todo el cuerpo, las hormonas permiten que se produzcan reacciones ante el estrés y otros cambios del exterior, y mantienen el funcionamiento fluido de los procesos regulares.
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